miércoles, 17 de abril de 2013

No lo paras


No sé qué hacer. No sé por qué lo escribo. No sé si mi mente quiere plasmar esto aquí. No es fácil. Y no sé cómo explicarlo. 

Tampoco sé si es correcto que piense tanto en ello. Es difícil expresar algo que has llevado siempre dentro y que no podías, o mejor dicho no debías sacarlo. Por el bien de todos. 

Cuando estás en una situación, la cual te hace parar a pensar en si es correcto o no, te sientas, miras a la pared y sacas toda la mierda que tienes en la cabeza. La decisión puede cambiar tu vida entera. Te la revuelve. Pero por otro lado deseas que la respuesta sea sí. Porque te vuelve loca.

Aún así, todo ha cambiado. Las vidas cambian por completo, a veces en cuestión de años, otras en meses y otras en días. Tenías todo estructurado en tu cabeza y de repente llega ese algo que te la perturba. Te la inquieta. Pero simplemente ese algo te revuelve toda tu vida. 

¿Qué hacer? 

Si te paras a pensar fríamente, no merece la pena pensar tanto en cómo solucionar eso. Hay más cosas en la vida que te inquietan. Pero ese algo es lo que da sentido a todo lo demás. No hay hoguera si no hay fuego. No hay casa si no hay ladrillos. No hay nido si no hay árbol. No hay vida si no estás tú.

Ahora que estás sola, tu instinto te hace buscar a alguien que satisfaga tus necesidades. La humanidad no ha sido creada para la soledad y es por eso por lo que siempre busca la manera de relacionarse. Sea como sea y esté donde esté. Estoy segura de que el 90% de la humanidad no puede estar solo sentimentalmente. El amor se necesita aunque sea para distraerte, para no pensar en la mierda de vida que tienes.

Luego hay personas que no quieren relacionarse con nadie. Son felices así. Y les admiro por un lado. Viven para dedicarse la vida a ellos mismos. No se encentra con el "¿qué hacer?".

No sabes nada. 

No encuentras solución.

Pero tampoco lo paras.

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