jueves, 14 de marzo de 2013

Atracciones

Cuesta. Cuesta iniciar una conversación con alguien que te atrae, que miras su foto y te preguntas: "¿Por qué  no?". Que al observarla piensas en su reacción, en qué pensará cuando lea lo que le escribes. Piensas en todo lo malo si realmente te atrae. Por tu mente pasan miles de cosas, pero lo que más piensas es "¿Qué más da?"
Si te atrae mínimamente lo envías sin miedo, con la seguridad de que te contestará, con indiferencia, con el "qué más da" sin preocupaciones. Sin pensar en qué pensará. Tu mente no le da vueltas y solo miras si responde una vez, no más.

No sabes por qué te atrae, y le das a enviar para ver si así lo descubres. Y ahí viene el pensar en qué pensará al ver ese mensaje de dos palabras. Por un lado, actúas con indiferencia, y, por otro, con inseguridad. No sabes si mirar si responde por no llevarte la decepción de que no te contesta. Pero miras. no hay respuesta. Miras otra vez. Tampoco... Y te rindes. y no sabes por qué te preocupas porque conteste. La atracción.

Pero de repente, miras y ahí está. Un simple mensaje de dos palabras, ese mensaje parece una sonrisa. Una razón por la que te atrae. Solo dos simples palabras hace que te atraiga más. Y pruebas a sonreírle con más  palabras.

Te contesta, tú contestas. Más palabras, más sonrisas.... Más atracción.

Vas descubriendo el por qué poco a poco. Ese intercambio de verdades, de sensaciones, de risas, es lo que hace que te atraiga más. Hasta llegar al punto de querer ver si te atrae en persona. Y cada día lo quieres más e insistes más, pero te da miedo al rechazo. Miedo. Vuelve el miedo. Pero decides darle la espalda y huir de él, porque algo te dice que esa atracción es mutua, sino, ¿por qué iba a perder su tiempo? Cada vez dejas el miedo atrás y sonríes por primera vez al sentir que no tienes miedo, sino valor. Ya no eres cobarde, ya no hay nada que te pare. Solo quieres sonreírle, pero no solo con palabras. Quieres ver su sonrisa directa.

Pero todo llega a su debido tiempo. Es divertido sonreír con palabras, es divertido contestar y que te conteste, reír y que ría. Es gracioso escribir y borrar por lo que pueda pensar. Es entretenido hacer de rabiar con kilómetros de por medio.

Pero te preguntas: "¿pensará lo mismo?"  Déjame comprobarlo. Sonríeme con palabras. Pregúntame con sonrisas. Y hazme imaginar que piensas lo mismo. Hazme saber que tú también quieres ese "todo a su debido tiempo".

Pero sigue sonriéndome con palabras y preguntándome con sonrisas.

No hay comentarios:

Publicar un comentario